La cara A y la cara B

Publicado: noviembre 18, 2012 en Opinión

He de reconocer que debido a la falta de tiempo libre, cada vez me resulta más difícil escribir sobre baloncesto en este blog, pero eso no impide que cada nueva entrada que decido publicar, disfrute igual que cuando lo hacía una vez por semana, y que cada vez me guste meditarla más intentando ser más reflexivo y no escribir nada a “sangre caliente”, por que ya se sabe, a las palabras se las lleva el viento, pero a la letra escrita no se la lleva ni el Huracán Sandy, ni el Katrina, esas quedan indemnes en el libro, en el periódico, o en el blog, para todo aquel que las guste leer.

Llevamos ya 6 jornada de liga en la categoría junior masculina, y aunque esto sólo acaba de empezar y queda una eternidad, ya se pueden empezar a sacar las primeras conclusiones y cada uno de los equipos va definiendo su  esquema de juego, y nos deja intuir que podemos esperar de cada uno de ellos.

Tras 5 partidos disputados en 6 jornadas, el Basket Cartagena junior no ha terminado de encontrarse aún a sí mismo, y aunque el balance de victorias y derrotas haya sido discretamente positivo, ha habido en su juego demasiadas sombras que han tenido como consecuencia las derrotas en la pista de Maristas y Caravaca, mostrando en ambos partidos un juego sin mordiente y con muchas dudas a la hora de atacar el aro rival. Una pretemporada con ausencia casi completa de partidos amistosos con otros equipos junior, ha podido tener quizás, alguna influencia a la hora de definir el patrón de juego que debe de adquirir el equipo.

Hace una semana, en nuestra visita a la histórica ciudad de Caravaca, a los pies del castillo que alberga una venerada cruz bizantina con un trozo del madero que fue testigo de la crucifixión Cristo, en el pabellón que tiene el nombre de uno de los mejores bases españoles de todos los tiempos,  Juan Antonio Corbalán, dado que sus padres eran naturales de esta ciudad,  el equipo junior del Basket Cartagena disputó un partido contra el equipo local, que no será recordado a este lado del Puerto de la Cadena ni por el juego, ni por el resultado. En este partido se dieron además circunstancias, de las que suelen calentar los ánimos, lo cual no es del todo malo, dado que si no el deporte de competición sería un tostón, pero cuando se mezclan juego pésimo de tu equipo, ambiente hostil por ser el equipo visitante, y decisiones arbitrales erradas contra uno y otro bando difíciles de entender, dan como resultado un excelente caldo de cultivo para el crecimiento de la bacteria que te hace ver conspiraciones contra tus colores en lugar de ver solamente un cúmulo de circunstancias desgraciadas que te llevaron de cabeza a una sonrojante derrota.

Está claro que el ser humano siempre ha buscado desde que el mundo es mundo un culpable para todo lo malo que nos pasa, y cuando no podemos culpar a los dioses, lo hacemos con en el entrenador, con los jugadores que más minutos juegan, con los aros, con en el estado de la pista, con la hora del partido, con los kilómetros del desplazamiento que hemos realizado, etc.  Siempre queremos encontrar alguna explicación o excusa a algo tan sencillo como que tu rival ha jugado mejor que tu, y ha tenido mejor actitud en la pista, por lo que daría igual que hubieran pitado José Feliciano con Stevie Wonder, y que tu entrenador hubiera sido John Wooden, el partido lo habrías perdido 10 veces de 10 partidos.

Buscar culpables en la pista entre los jugadores, o en el banquillo, no suele ser una practica constructiva cuando estamos hablando de equipos de base, donde el objetivo de ganar que debe de existir siempre, se ha de acompañar de otros matices de formación y progresión que deben de ser cuidados por los técnicos. Puestos a buscar culpables, que como hemos dicho antes, es algo inherente al ser humano, también podríamos dar un suspenso a los que deberíamos de haber animado desde la grada, y nos dejamos comer el terreno por la ruidosa y correcta afición local, que nos dio un ejemplo de abnegación a sus colores, y que al menos a mi, me provocó una sana envidia.

Por el contrario, una semana después nos ha tocado vivir la otra cara de la moneda, y contra el trabajador conjunto de la Red Deportiva Yecla, hemos vuelto a ver al equipo luchador que fue capaz de vencer en la pista de Infante la primera jornada de liga, y que se ha vaciado en la cancha durante 35 minutos, para dejarse ir en los últimos 5 minutos, con el partido totalmente sentenciado, con la satisfacción de haberse entregado sin reservas hasta entonces y haber funcionado como un auténtico equipo, donde el juego colectivo predominó siempre sobre el lucimiento personal.

Esta vez ya no es necesario buscar culpables, aunque los jugadores, el entrenador y la callada afición eran los mismos de hace 7 días, y la lucha y la entrega que han puesto los yeclanos en este partido no tiene nada que envidiar a la de los caravaqueños de hace una semana. Si es verdad que han variado la pista y los árbitros, pero en mi humilde opinión, ni eso influyó de forma determinante hace 7 días, ni hoy tampoco lo ha hecho. En ambas ocasiones ha ganado con claridad el equipo que mejor jugó, aunque he de reconocer, que cuando los partidos son ajustados en el marcador, factores externos y ambientales pueden influir en el resultado del mismo, pero desde luego en estos dos partidos no ha sido el caso.

Los de Primi Abad se han metido muy rápidos en el partido frente a un equipo visitante que ha tardado unos minutos en reaccionar, y que se ha visto sorprendidos por una intensidad defensiva cartagenera que posiblemente no esperaban dado los referentes de los últimos 2 encuentros de los locales, e incluso se han visto desbordados en rápidos contraataques que han puesto a prueba su balance defensivo. Eso ha permitido que los de Primi Abad hayan comenzado abriendo una brecha en el marcador que llegaba a los 10 puntos en el ecuador del primer cuarto. No obstante los visitantes demostraron por que habían sido capaces de derrotar al CB Murcia 96 la semana anterior, y aunque tenían serías dificultades en la subida del balón, aumentaban en muchas revoluciones su intensidad y concentración defensiva, consiguiendo materializar algunos contraataques y transiciones rápidas, que estrecharon algo el marcador, acabando el primer cuarto con ventaja local de 5 puntos.

En el segundo cuarto se volvía a repetir algo parecido al primero, aunque el juego fue esta vez mucho más equilibrado, logrando los de Primi Abad despegarse en los primeros minutos de este periodo y pasar de los 10 puntos de ventaja, reaccionando los visitantes en los minutos finales del primer tiempo, retirándose al descanso con sólo 7 puntos abajo, que desde luego no eran ni mucho menos infranqueables.

El tercer cuarto fue el decisivo, los dos equipos aumentaron su revoluciones, pero los de Primi con un banquillo más homogéneo fueron capaces de mantener un ritmo de juego endiablado y ahogar casi por completo la subida del balón de los de Yecla, que quizás no esperaba una defensa cartagenera tan presionante. La ventaja empezó a ser de 10, 20 y alcanzaba los 30 en las postrimerías del tercer cuarto, con un partido roto en el marcador, pero en absoluto en la pista, ya que cartageneros y yeclanos seguían batiéndose bravamente como si el partido estuviera igualado.

Esa inercia se vivió en los primeros 6 minutos del último cuarto, donde nada cambió, y en los que se mantuvieron con algunas oscilaciones los 30 puntos de ventaja, pero en los últimos 4 minutos los cartageneros decidieron que ya habían defendido bastante, y se volvieron anárquicos en ataque, lo cual fue aprovechado por el equipo visitante, que nunca se entregó y que fue capaz de recortar 10 puntos en 4 minutos, y maquillar algo el resultado.

Bien, pues no hay que tirar cohetes esta semana, ni echar el equipo a los leones como daban ganas hace 7 días, hemos de ser conscientes que estamos ante un equipo en formación cuyo objetivo primordial es la progresión de los jugadores, integrado por 6 jugadores de primer año, 4 de segundo y un cadete, con poco rodaje en la pretemporada, y que posiblemente utilice la primera vuelta para ajustar motores, y estar en condiciones de rendir a tope en el segundo tramo de la competición, intentando alcanzar la fase final, aunque eso desde luego no va a ser ni mucho menos fácil, y queda mucha tela que cortar, ya que a excepción del CB Murcia 95 que no disputa esta fase regular de la liga, el grupo está muy igualado y no hay enemigo pequeño.

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